¿Alguna vez te has sentido físicamente agotada sin una razón aparente? Puede que tu cuerpo te esté diciendo algo importante.
Hoy quiero hablarte de la somatización, un fenómeno que puede sonarte familiar, aunque quizás no conozcas su nombre exacto. La somatización es cuando las emociones que tenemos guardadas dentro de nosotras se manifiestan en nuestro cuerpo en diferentes síntomas físicos. Es como si nuestro cuerpo tratara de hablarnos a su manera.
Por ejemplo, cuando has pasado por un momento estresante, quizás te has sentido abrumada, estresada o ansiosa… y has intentado seguir adelante como si todo estuviera bien. Pero ¿qué ocurre? Empiezas a encontrarte mal físicamente, además de emocionalmente. Posiblemente, empiezan los dolores de cabeza, el ardor estomacal, la angustia o los dolores musculares…
¿Y por qué sucede esto? Hay diferentes teorías o razones. A veces es porque no sabemos expresar adecuadamente nuestras emociones, y entonces nuestro cuerpo toma la iniciativa y nos transmite el mensaje de que algo no está bien. En otras ocasiones, tal vez estamos tan concentradas u ocupadas en otros asuntos, que no nos paramos a escuchar lo que realmente nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan.
Al fin y al cabo, la forma que tiene nuestro cuerpo de comunicarse con nosotras es a través de la somatización. Nos indica la necesidad de prestar atención a nuestras emociones y de cuidarnos tanto física como emocionalmente. Para ello, hay que aprender a reconocer y validar las emociones. Permitirte sentir lo que sientes, sin juzgarte, y poder expresar las emociones. Además, tenemos que entender que todas las emociones son válidas y no reprimirlas u ocultarlas.
Existen muchas formas de canalizar las emociones: a través del ejercicio físico, hablar con alguien de confianza, o la meditación… Por ejemplo, una caminata al aire libre puede ser una forma efectiva de liberar el estrés y conectar con tus emociones. Y al mismo tiempo, un buen descanso y una alimentación equilibrada, nos ayudan a reducir esa sintonización y mejorar nuestro bienestar.
No olvides que tú eres la persona más importante de tu vida. No ignores las señales que te envía tu cuerpo, al final su misión es ayudarte a trabajar y encontrarte mejor.
Escucha a tu cuerpo y a tu mente, ellos son tus mejores aliados para conseguir una vida más equilibrada y feliz.
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