Permitir que algo concluya, que se marche, nos abre oportunidades para que algo nuevo llegue a nuestras vidas. A menudo, cuando llega el final de situación, cuando una etapa se cierra, o una relación termina, podemos sentirnos confusas o perdidas, y preguntarnos ¿ahora qué?
Es normal sentirse así, ya que frente a lo desconocido los seres humanos nos sentimos un tanto alertas o desorientados, pero date tiempo, porque estoy segura de que la respuesta llegará a ti por sí sola.
Quizás sea en forma de espacio o tiempo, donde puedas descubrir algo nuevo, conocer otras personas, dedicar tu tiempo a hacer cosas que te gustan, y que antes nunca encontrabas el momento…
Cuando dejamos ir a algo o alguien, creamos espacio en nuestras vidas para que personas y experiencias nuevas y positivas puedan entrar.
Creo que cuando permitimos que algo llegue a su fin, nos ofrece la oportunidad de poder reflexionar sobre lo aprendido, de cómo hemos crecido a lo largo de esa experiencia, y también de lo que hemos disfrutado. Cada final nos aporta una lección, a veces sobre nosotras mismas, otras sobre nuestras relaciones y en ocasiones, aprendizajes del mundo que nos rodea.
Al final el cambio es un componente indispensable de la vida. Aunque a veces resulte complicado o desafiante, sin cambio no hay desarrollo ni evolución. El poder aceptar y abrazar los finales, nos hace más flexibles y a su vez, más resilientes. Nos prepara para enfrentarnos a los nuevos retos que nos presenta la vida, con una mente más abierta y optimista.
Desprendernos de lo que ya no nos sirve o de lo que se ha vuelto una cargada pesada, nos libera de obstáculos que nos impedían avanzar. Permítete crecer y florecer en nuevas direcciones. Explora tus intereses, tus pasiones y tus sueños, aquellos que habías dejado abandonados.
Suelta el pasado, y observa el final como una nueva oportunidad donde renovarte y reinventarte. El universo, aunque a veces nos parezca caprichoso, nos guía a descubrir y vivir nuevas vivencias, conocer nuevas personas y experimentar mil y una sorpresas.
Al final cada comienzo es el inicio de un nuevo capítulo de nuestra vida.
Descubramos que nos depara el futuro y vivíamos el presente, sin aferrarnos al pasado.
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Y que difícil abrazar algunos finales a veces... ¡Gracias por hacerme recordar siempre cosas tan importantes!